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jueves, 9 de junio de 2011

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable.
Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia , nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas y que no necesito que me venga a salvar un principe azul en su caballo blanco, porque ni soy una princesa, ni vivo en una torre, ni tengo un dragón que me esté custodiando.
Se que puedo dar sin pedir,pero tambien se que no tengo que hacer nada, ni dar nada que no me haga sentir bien.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades y equivocarme, de no responder a la expectativa de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas. Y a pesar de ello sentirme bien.
Y por si fuera poco, saberme querida por muchas personas que me respetan y me quieren por lo que soy, sí...así, un poco loca, pero inocente a la vez y un poco terca.También cariñosa, habladora, abrazadora, y a veces por algún motivo triste, porque también tengo mis momentos tristes, esos en que pongo mi cara larga con un aire pedante y me da por llorar.
Hoy vivo la vida así como es, bonita con sus ires y venires, con sus amores y desamores, con sus ratos de marea baja, con sus puestas de sol, con su ruido incesante.
Solo quiero dejarla correr. No quiero pedirle nada.

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