Nosotras queríamos vivir la película de amor que nos merecíamos, queríamos un amor correspondido, queríamos un final feliz, un éxito asegurado, queríamos sonrisas al principio y al final del día. Queríamos vivir en la ciudad más grande, con fiesta. Queríamos ser maduras, pero lo justo. El primer amor, el quinto, el noveno ¿que más da? Queríamos tener preocupaciones pero no demasiado revelantes, poder hacer el tonto sin que nadie te mire raro, tener ilusión circulándonos por las venas, sentirnos satisfechas por sacar una simple sonrisa a alguien que no lo está pasando bien, poder ser feliz con poco, vestirnos como nos apetezca sin comernos la cabeza, queríamos podernos burlar de los problemas, el poder mandarlos a la mierda sin que termine de repercutir en nuestras vidas, la ilusión de la gente que llega y la desilusión de la que se va. El poder cambiar cuando nos apetezca, el superarse día a día, la vida sin falsedades, sin rutinas y sin estúpidos formalismos. El poder decir lo que piensas, el poder elegir, el derecho a que todo te de igual, el querer vivir la vida justo como esa película de amor, es verdad que soñar te hace la vida más fácil. Un sueño imposible, que si luchamos se cumplirá ¿sabes? yo tengo algo mucho mejor; vivir la vida de momento, y luego que venga lo que venga, si hay que vivir en la ciudad más grande, se vive, si hay que llorar se llora, si hay que disfrutar se disfruta, si hay que soñar despierta, también se puede, pero todo contigo. Por que de momentos tenemos nuestros días buenos y malos, como todo el mundo, pero juntas se hace menos duro.